07/02/2012
He terminado la biografía de Steve Jobs escrita por Walter Isaacson. Biografía autorizada y oficial, por así decirlo, del creador de Apple. Una lectura estimulante, que me ha hecho más sombras que luces sobre el personaje y sus creaciones; y que también me ha llevado a reflexionar sobre la necesidad de construir el futuro partiendo de un lugar especial: el cruce entre cultura y tecnología, entre industria y creatividad.

Me ha sorprendido sobre todo que, siendo el libro que encargó Steve Jobs o su familia, el villano de sus 700 páginas es el mismo Jobs. Además: si alguien pasa por bueno, yo diría que es ¡Bill Gates! Se ve que Walter Isaacson es un buen escritor y biógrafo, y el acceso privilegiado a experiencias y entrevistas que le dieron en casa de Jobs lo ha usado para hacer un libro riguroso. No creo que la familia lo lamente, pese al cuadro a veces crudo que se pinta.

Steve Jobs queda como un auténtico gilipollas en numerosas partes del libro: un personaje tiránico con sus colegas y subordinados, e iracundo e intolerante con los de alrededor. También para consigo mismo: las personales nociones de nutrición y equilibro cuerpo/mente del personaje se revelan como un disparate, sobre todo a la hora de tratar su primer cáncer. Meses de dietas estúpidas retrasaron el tratamiento médico correcto, y ello pudo influir en su prematura muerte.

También en lo tecnológico he visto ve que las ideas obsesivas de control sobre el producto tienen una filosofía que a mi no me gusta. Apple y sus productos son sistemas cerrados, que resultan en diseños atractivos y beneficios para la compañía, siempre con un supuesto leitmotiv de por medio: definir una experiencia de usuario satisfactoria. Parece una excusa atractiva, pero no acabo de créermela: el Ipad sin USB no es un ejemplo de sencillez, es un canal para que compres y consumas contenido siempre por los canales de Apple, iTunes e iCloud. Las cortapisas a la creatividad vieron hace unos años un ejemplo cruel cerca nuestro: Apple prohibió la localización en euskera del sistema OS X, que se había llevado a cabo por voluntarios. Obsesión de control y voluntad de mando: el ecosistema de Apple parece una dictadura, más que ese modelo de sociedad abierta más acorde con lo que nos promete la revolución tecnológica de Internet.

Humanidades y tecnología


No obstante, hay puntos interesantes en la personalidad de Jobs y en lo que ha construído, y el libro los describe bien. Sobre todo, la importancia del cruce entre las humanidades y la tecnología, la importancia de elementos tales como la creatividad y el gusto artístico en el momento de crear tecnología e incluso de adelantarse a los estudios de mercados. La estética, también, y la intuición, fruto de una formación personal aventurera... Son puntos importantes, que personalmente también me remiten a cuestiones locales: la importancia cultural y hasta económica de la estética es comentada por un autor vasco que me interesa, Fermin Etxegoien, que escribe sobre todo en euskera. Debemos hacer caso a ese concepto. Multilingüismo, cultura, una formación abierta. No son cuestiones baladí, están en el centro de las expectativas creadoras para el futuro próximo.

Eso, y la pasión. Me he apuntado esta reflexión del mismo Jobs recogida en el libro:

Cuanto más viejo me hago, más me doy cuenta de lo mucho que importa la motivación. El Zune era una porquería porque a la gente de Microsoft en realidad no le entusiasmaba la música o el arte tanto como a nosotros. Vencimos porque todos éramos unos locos de la música. Creamos el iPod para nosotros mismos, y cuando estás fabricando algo para ti mismo, o para tu mejor amigo o tu familia, no vas a conformarte con cualquier chapuza. Si no te entusiasma algo, entonces no vas a dar un paso más de lo necesario, no vas a trabajar ni una hora de más, no vas a tratar de poner en duda el statu quo.



Creo que es un punto importante al diseñar y planificar comunicación o productos de Internet. ¿Me mola a mi esto? Pues hagámoslo así, que nos guste, que nos apasione. Hoy mismo he asistido en Donostia a un seminario sobre storytelling digital: el quid era conectar comunicación con nuevas herramientas de Internet, particularmente los móviles. El ponente ha sido un emprendedor, con pasión y visión, Alvaro Andoin, embarcado en una aventura empresarial personal de momento, Filmatu. Y Álvaro habla sintiendo pasión por su trabajo.

Los cruces en los que nos jugamos el futuro: donde la pasión y la iniciativa se cruzan con la educación, la innovación con la creatividad, el punto de encuentro entre cultura e industria tecnológica. Estoy total y absolutamente convencido de lo siguiente: la sociedad del conocimiento es la clave de la riqueza y el crecimiento del futuro (a construir desde el presente). Me parece que estas ideas sólo son bla-bla-bla retórico muchas veces. 15 años llevo escuchando a políticos vascos de todo pelaje la misma matraca y no sé si realmente alguien se da cuenta de lo importante de ese cruce, Cultura x Tecnología. Hoy mismo me he dado con otro ejemplo de la cortedad de miras: hay un evento vasco en la Berlinale o festival de cine de Berlín de la semana que viene, y se organiza la jornada vasca en torno a... los cocineros. Sí. Ellos otra vez. También se los llevó el lehendakari López a Estados Unidos o China (dos de sus más importantes viajes de calado económico), a parte de que se apuntan a todas las cosillas de turismo.

No dudo de que los cocineros innovan, y que tienen pasión por su trabajo. También que habrían alimentado a Jobs mejor que sus dietas veganas. Pero la clave del futuro es cultural y tecnológica, y esos ropajes, por mucha pedagogía que hagan, le quedan un poco anchos a la gastronomía turística. Yo miro por lo mío, claro, pero estoy un poco harto y creo que debo decirlo: ¿Alguna vez nos llevarán a los tecnófilos o inteneteros a esos viajes?

Productos


No todo el libro es sobre Jobs. Hay mucho detalle sobre la génesis de los productos claves de Apple: el primer ordenador diseñado por Steve Wozniak, el Macintosh, el iMac de colorines, iPod, iPhone e iPads (en estos dos últimos, con menos detalle, quizás sea demasiado pronto para escribir la historia y haya cuestiones ocultas). Son capítulos apasionantes, batallitas de tecnólogos y visionarios, con anecdotas jugosas.

Uno de esos productos, un iMac traslucido, fue el primer ordenador de CodeSyntax. Ni siquiera era de la empresa sino mi ordenador personal. Todavía está en la oficina, aunque no lo usamos; pero el día en que murió Jobs lo sacamos de su letargo y logró conectarse a Internet :) En la foto que publicamos en la sección en euskera de este blog de empresa aparece con mi compañero Aitzol Naberan y otro par de productos Apple que usamos, un Macbook y un iPad.




Personalmente, yo ya no tengo cosas Apple. Mi ordenador personal es un Acer. Con Ubuntu Linux por dentro. Es, creo yo, el nuevo modo de pensar diferente.

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Con todo, el ejemplo de Jobs sí da para pensar, para pensar diferente. Su impulso creador y empresarial, son alimento para la innovación y la pasión. Recomiendo la lectura de este libro. No tanto los productos Apple.

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